Comenzamos la jornada, bien tempranito, a las 7 de la mañana, reunidos en la escuela, en espera del transporte, emprendimos el viaje hacia la Quebrada y al llegar a la tranquera de ingreso nos reunimos con los guías y con los demás alumnos que nos esperaban en sus vehículos particulares, organizamos los grupos y dimos comienzo a la caminata.
Contamos con la excelente compañía de los guías que fueron explicándonos, contándonos sobre la flora, fauna, geografía e historia, generando un clima ameno donde logramos combinar los conocimientos con el paisaje inolvidable.
Nos llevó casi 4 hs de caminata llegar al balcón Norte que tanto ansiábamos conocer, logrando sobreponernos al frio y al viento. Al llegar al balcón el ambiente cambio, se propuso una actividad donde simplemente debían hacer silencio para escuchar, ver y sentir; en este momento todos o “casi” todos, callaron para integrarse con la naturaleza, tal es así que al finalizar los 5 minutos pedían más tiempo para sentir esa paz, lejos de las preocupaciones y responsabilidades cotidianas, para apreciar el paisaje.
En síntesis, nos entregamos a una experiencia única donde, la actividad física, la naturaleza, las aves, los pastizales y el viento helado típico de la montaña se conjugaron en un mismo momento y en un mismo lugar para dar como resultado una jornada de Vida en la Naturaleza, literalmente.
