Abrir caminos, romper fronteras, iluminar vidas. Estas sencillas palabras representan la labor del cura Brochero en nuestro valle. Hay un antes y después en nuestras tierras por la llegada de este hombre , que con fuerza y decisión terminó por convencer a todos que eran parte de nuestra provincia, mas allá de la distancia . Nos encontrábamos sumidos en el olvido y la pobreza, en la oscuridad y la desesperanza.
Desde la fe, la simpleza y el cariño por este lugar y su gente, buscó cambiar la vida serrana pensando en un futuro mejor, un futuro digno lleno de valores, oportunidades y esperanza. Sus tarea no fue sencilla , tuvo que golpear muchas puertas , convencer con la palabra y la acción recorriendo y desandando estas montañas con sus quebradas interminables, que muchas veces fueron obstáculos difíciles de sortear, pero su convicción y su entrega nos llega como un ejemplo de vida hasta estos días buscando lo mejor para la gente, haciendo de puente para el progreso. Estos cambios se ven en nuestras calles , en nuestras temporadas turísticas, en nuestro educación, alumbrando nuestro presente y marcando un camino para el futuro.
Luego de tanta lucha y tantos años, nos dejó una frase que hoy suena en nuestros corazones:
“He podido pispear que viviré siempre en el corazón de los serranos”
Esta premonición se ve reflejada en este momento, en este instante, dejando una huella imposible de borrar en el valle de traslasierra.
Este es el humilde homenaje de la Unidad Educativa El Sembrador a nuestro Cura Brochero, siguiendo su ejemplo y su palabra para que sean un faro para los jóvenes de nuestro valle.
